Chacarita venció como visitante a la UAI Urquiza en Ituzaingó por 6 a 5. El partido se complicó más de lo esperado, pero con este resultado, el Funebrero sube un escalón en la tabla de posiciones gracias a la derrota de Alvear.
Era un partido clave, de esos que hay que ganar si se quiere aspirar a cosas importantes, y así fue. Luego de un arranque de partido muy parejo, el conjunto de Ariel Carta sacó cuatro goles de ventaja en cinco minutos. Abrió la cuenta el Mono Comesaña, tras la salida de un corner, seguido por Pablo Gutiérrez en dos ocasiones y luego Fede Paraboni, que cuando iban trece de la primera mitad puso el 4 a 0 parcial. La ventaja en el marcador no se veía reflejada en el campo de juego. La contundencia de Chacarita obligó a su rival a buscar el descuento y lo consiguió por medio de un tiro libre. A partir de aquí, el Funebrero intentó dominar el partido y jugar con los nervios del rival. Minutos después, el local descontó nuevamente, acortando la ventaja a dos, pero faltando segundos para el final, Hernán Zunino puso el 5 a 2.
En el inicio del complemento, la ventaja se iba a estirar. A los 30 segundos, Chacarita ya iba ganando 6 a 2. Parecía fácil, controlado, pero no. Seis minutos más tarde, la UAI consiguió el 6 a 3 y los nervios descontrolaron a Chacarita, que era arremetido por su rival. Esto provocó que a los 12 y 13 minutos, respectivamente, los locales marcaran y se pongan a sólo un gol. Faltaban siete minutos aún y el partido estaba para cualquiera. En este momento fue que apareció la figura, una vez más, del Mono Comesaña bajo los tres palos, para evitar varias jugadas de peligro. La pierna fuerte y el roce constante fue lo que dibujó en pinta el final del partido, en el que el Tricolor supo como aguantarlo a fuerza de ganas y corazón.
Se ganó un partido importante, pero costó más de lo correspondido por cómo se dio. Al márgen de los errores arbitrales, que perjudicaron a ambos equipos, lo más justo hubiese sido un empate. Pero así como muchas veces Chacarita mereció ganar y no pudo, ésta vez lo consiguió, y obtuvo tres puntos que lo ubican en la tercera posición, faltando una fecha para que culmine la primera rueda.
Era un partido clave, de esos que hay que ganar si se quiere aspirar a cosas importantes, y así fue. Luego de un arranque de partido muy parejo, el conjunto de Ariel Carta sacó cuatro goles de ventaja en cinco minutos. Abrió la cuenta el Mono Comesaña, tras la salida de un corner, seguido por Pablo Gutiérrez en dos ocasiones y luego Fede Paraboni, que cuando iban trece de la primera mitad puso el 4 a 0 parcial. La ventaja en el marcador no se veía reflejada en el campo de juego. La contundencia de Chacarita obligó a su rival a buscar el descuento y lo consiguió por medio de un tiro libre. A partir de aquí, el Funebrero intentó dominar el partido y jugar con los nervios del rival. Minutos después, el local descontó nuevamente, acortando la ventaja a dos, pero faltando segundos para el final, Hernán Zunino puso el 5 a 2.En el inicio del complemento, la ventaja se iba a estirar. A los 30 segundos, Chacarita ya iba ganando 6 a 2. Parecía fácil, controlado, pero no. Seis minutos más tarde, la UAI consiguió el 6 a 3 y los nervios descontrolaron a Chacarita, que era arremetido por su rival. Esto provocó que a los 12 y 13 minutos, respectivamente, los locales marcaran y se pongan a sólo un gol. Faltaban siete minutos aún y el partido estaba para cualquiera. En este momento fue que apareció la figura, una vez más, del Mono Comesaña bajo los tres palos, para evitar varias jugadas de peligro. La pierna fuerte y el roce constante fue lo que dibujó en pinta el final del partido, en el que el Tricolor supo como aguantarlo a fuerza de ganas y corazón.
Se ganó un partido importante, pero costó más de lo correspondido por cómo se dio. Al márgen de los errores arbitrales, que perjudicaron a ambos equipos, lo más justo hubiese sido un empate. Pero así como muchas veces Chacarita mereció ganar y no pudo, ésta vez lo consiguió, y obtuvo tres puntos que lo ubican en la tercera posición, faltando una fecha para que culmine la primera rueda.
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