La tarde pintaba nublada y amenazaba con traernos una de esas tormentas difícil de olvidar. Tímidamente el pueblo Funebrero se fue acercando al cemento ubicado en Gutiérrez y Matheu, con la esperanza de ver la reacción del gigante de San Martin.La realidad indicaba que los ánimos no eran los ideales, desde el adentro como el afuera del campo de juego. Era la prueba de fuego para los jugadores y para el límite del hincha, que a pesar del presente y del día acompañó en un buen número.
El primer tiempo finalizó y nada parecía haber cambiado, las imprecisiones eran las cotidianas. La poca claridad para hilar una jugada que termine en peligro y la mala suerte, como jugador adversario, dominaban el pleito. Con todas estas sumas de negatividades, el potencial desahogo parecía difícil de llegar. Entonces desde nuestro humilde lugar le brindamos la posibilidad a algunos hinchas de expresarse.
La visión entre ellos sobre el presente fue similar, coherente, real e incluso muy conciente. El comprometido futuro que pareciera tener el Funebrero fue uno de los temas predominantes.
Pasadas ya 23 fechas y jugándose la 24, los protagonistas del otro lado del alambrado, dieron su veredicto.
Darío, quien sigue a Chaca hace muchos años, dijo sentirse defraudado y ofuscado, que está viviendo uno de los peores momentos que recuerda del club a nivel futbolístico: “hay jugadores que no se están aprovechando, caso Bustamante”. Además asegura, que el equipo no juega a nada y se están regalando puntos que van a ser de oro el próximo año. Además, nos dejó una reflexión muy importante con la cual coincide Carlos Pagliota: “hay jugadores que no rindieron ni siquiera a un 40% de sus posibilidades”. “Se necesita gente con experiencia en la categoría. Se están quemando pibes de la reserva que son buenos jugadores”, manifestó Carlos.
La indiferencia hacia Zucarelli fue unánime. “Hay que apuntar al equipo, no al técnico. Si se lo echa se crearía un problema más para la institución”, dijo Darío.
Muchos creen que la suerte tiene que jugar un poco más a favor y de esa manera se podría dar el primer paso para la recuperación.
No podíamos dejar de preguntar sobre la impresión de los hinchas con respecto al estadio. Todos fueron halagos y agradecimientos. Cristian nos decía: “es una alegría enorme haber vuelto a San Martin. El campo de juego es espectacular y encima trabajan muchísimo, todos los días hay algo nuevo”. “Es lo más lindo de todo, te saca de este mal momento futbolístico”, aseguró Carlos.
El reloj tocaba casi las 19:20 horas cuando la tormenta empezó a dispersarse. En el momento en que Alba la clavó abajo a la derecha del arquero visitante, Darío, Carlos y todo el pueblo Funebrero festejó. De a poco la claridad parece querer asomar.
Por Leandro Duva - l.duva@identidadfunebrera.com.ar
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